La Fuerza Aérea de EE. UU. moderniza al F-15E para convertirlo en un asesino de drones
La modernización del F-15E Strike Eagle permitirá que este avión de combate se convierta en el arma ideal para derribar drones a distancia
Los misiles guiados por láser APKWS II permiten que el F-15E Strike Eagle pueda derribar hasta 42 blancos en un solo despegue Crédito: Phelan M. Ebenhack | AP
La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha decidido actualizar uno de sus cazas más veteranos, el F-15E Strike Eagle, para adaptarse a las nuevas reglas del juego en el combate aéreo moderno. ¿El motivo? Los drones.
Estas aeronaves no tripuladas, muchas veces pequeñas y baratas, están ganando cada vez más protagonismo en los conflictos armados actuales, y la necesidad de derribarlos de forma eficiente y económica es urgente. Para hacer frente a esta nueva amenaza, el F-15E ha sido equipado con un arsenal sorprendente: 42 cohetes guiados por láser APKWS II, un movimiento que marca un cambio interesante en la forma en que se enfrentan los objetivos aéreos de bajo coste.
¿Qué es el APKWS II y por qué es relevante?
El APKWS II, o Advanced Precision Kill Weapon System, no es una arma completamente nueva. Se trata de una solución ingeniosa que convierte cohetes Hydra 70 no guiados en proyectiles de precisión, mediante la adición de un sistema de guía láser en su sección central. En otras palabras, se toma un cohete básico y se le da una puntería quirúrgica sin necesidad de crear una nueva munición desde cero.
Este sistema ha sido utilizado con éxito por helicópteros y otros aviones de ataque ligero, pero ahora se está probando de forma más agresiva en cazas como el F-15E. La clave está en su capacidad de ser montado en pods de siete cohetes, lo que permite a un solo F-15E llevar hasta 42 cohetes APKWS II en seis lanzadores.
¿Por qué esto es importante? Porque enfrentarse a drones con misiles tradicionales como el AIM-120 AMRAAM, que puede costar más de un millón de dólares por unidad, no es sostenible cuando el enemigo lanza enjambres de drones baratos. En cambio, cada cohete APKWS ronda los 20 mil dólares, lo que representa una solución mucho más rentable y permite usar fuerza letal sin romper el presupuesto.
Ventajas frente a amenazas modernas
El uso de drones en conflictos se ha multiplicado. Desde operaciones de vigilancia hasta ataques kamikaze, los drones se han convertido en una amenaza constante y difícil de neutralizar, especialmente cuando se lanzan en grupos. Aquí es donde entra en juego el APKWS II.
Gracias a su bajo coste y precisión, esta arma permite multiplicar las oportunidades de ataque sin agotar el arsenal estratégico de una misión. Un F-15E con 42 APKWS puede enfrentarse a docenas de blancos aéreos sin necesidad de reabastecer, algo que sería impensable si dependiera exclusivamente de misiles aire-aire tradicionales.
Además, la Fuerza Aérea está probando versiones mejoradas del APKWS con sensores adicionales. Uno de ellos incluye un buscador infrarrojo pasivo, lo que le permite detectar el calor emitido por los motores de los drones, haciendo mucho más fácil alcanzar objetivos en movimiento, incluso si el láser pierde o visual directo por momentos.
Otra mejora clave ha sido la integración del pod de designación Sniper, que aumenta la capacidad del F-15E para identificar, rastrear y apuntar a drones pequeños desde grandes distancias, mejorando la precisión del APKWS incluso contra objetivos que vuelan a baja altura o maniobran de forma errática.
Implicaciones para el futuro del combate aéreo
Este tipo de integración tecnológica muestra un cambio de mentalidad en el alto mando militar: no todo se resuelve con armas más grandes y costosas, sino también con adaptaciones inteligentes y flexibles. El F-15E, una aeronave con décadas de servicio, sigue siendo relevante no porque sea invencible, sino porque puede adaptarse.
Frente a la posibilidad de enfrentarse a ejércitos que desplieguen enjambres de drones o misiles de crucero de bajo coste, la Fuerza Aérea busca alternativas económicas que no comprometan su capacidad de respuesta. Este enfoque también reduce el riesgo de quedarse sin armamento eficaz en una misión prolongada.
Además, se espera que este tipo de municiones se utilice también en futuras plataformas no tripuladas o cazas de nueva generación. Es decir, lo que ahora funciona en el F-15E podría convertirse en estándar para toda una nueva generación de sistemas de defensa aérea.
Por ahora, el experimento del APKWS II en el F-15E Strike Eagle está en fase de pruebas, pero los resultados iniciales son prometedores. En un entorno donde los drones están reescribiendo las reglas del combate, adaptar lo que ya existe con inteligencia parece ser la mejor estrategia para mantener la superioridad aérea.
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