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La revolución silenciosa: Cómo “Elio” redefinió la colaboración en Pixar

Visitamos los estudios de Pixar para tener un vistazo exclusivo a las innovaciones técnicas que están transformando la animación del futuro

Cuando el deseo de Elio de ser abducido por extraterrestres se hace realidad, conoce a una variedad de habitantes del espacio, incluido Glordon, el hijo de buen corazón de un feroz gobernante y señor de la guerra. Con las voces de Yonas Kibreab y Remy Edgerly como Elio y Glordon, respectivamente, Elio, de Disney y Pixar, llega a los cines el 20 de junio de 2025.

Cuando el deseo de Elio de ser abducido por extraterrestres se hace realidad, conoce a una variedad de habitantes del espacio, incluido Glordon, el hijo de buen corazón de un feroz gobernante y señor de la guerra. Con las voces de Yonas Kibreab y Remy Edgerly como Elio y Glordon, respectivamente, Elio, de Disney y Pixar, llega a los cines el 20 de junio de 2025. Crédito: Disney

En el corazón de los estudios Pixar en Emeryville, California, una revolución silenciosa estaba teniendo lugar. No se trataba simplemente de crear otra película animada más, sino de reimaginar completamente cómo se hacen las películas de animación en el siglo XXI.

“Elio”, la próxima película de Pixar que se estrena el 20 de junio, cuenta la historia de un niño soñador que siempre se ha sentido diferente y fuera de lugar en la Tierra. Cuando es transportado accidentalmente al Communiverse—una organización intergaláctica que reúne a representantes de galaxias de todo el universo— Elio debe navegar este mundo alienígena mientras descubre que quizás el lugar donde nunca encajó era exactamente la preparación que necesitaba para esta aventura extraordinaria.

Pero “Elio” no solo promete llevar a las audiencias en un viaje intergaláctico. Representa el mayor experimento organizacional y técnico en la historia reciente del estudio, desafiando las normas de la animación al redefinir la física digital y la colaboración humana para crear un universo fluido que transforma la experiencia del espectador en formas nunca vistas.

El “College Project”: Demoliendo las jerarquías tradicionales

Lo llamaron “College Project”, pero no se trataba de estudiantes universitarios. Se trataba de los mejores talentos de animación del mundo decidiendo conscientemente abandonar las estructuras jerárquicas tradicionales para crear algo completamente nuevo.

El diseñador de producción Harley Jessup, Kristian Norelius y la directora Madeline Sharafian
El diseñador de producción Harley Jessup, Kristian Norelius y la directora Madeline Sharafian revisan alineaciones de personajes durante una revisión de arte de “Elio” en los estudios de Pixar Animation en Emeryville, California. (Foto: Deborah Coleman / Pixar)
Crédito: Cortesía

“Decidimos desafiarnos a nosotros mismos”, explica Mary Alice Drumm, productora de “Elio”. “Lo llamamos College Project porque era una forma de hacer que la gente pensara diferente. Trabajar en Pixar es grandioso porque cada película puede decidir cómo va a trabajar, y diferentes películas han trabajado de diferentes maneras”.

Pero el “College Project” fue más allá de la experimentación superficial. Fue una reimaginación fundamental de cómo 70 animadores, supervisores de diferentes departamentos y directores podrían colaborar sin las barreras tradicionales de jerarquía y especialización rígida.

“Realmente nos permitió trabajar rápido porque podíamos simplemente agarrar a un supervisor que estaba justo a nuestro lado y meter su cabeza frente a la pantalla de la computadora y decir: ‘mira esto'”, describe Domee Shi, co-directora de la película. “O podrías asomar tu cabeza a su pantalla y decir: ‘¿puedo ver eso?’ Eso es algo que solo puedes hacer trabajando bajo un mismo techo, trabajando en persona”.

El resultado fue una velocidad de producción y una calidad de colaboración que sorprendió incluso a los veteranos del estudio. “Fue una forma realmente colaborativa y práctica de trabajar, y pudimos hacer muchísimo muy rápidamente”, continúa Shi.

Redefiniendo las leyes de la física digital

Cuando Arturo Aguilar, artista de simulación con más de una década de experiencia en Pixar, describe su trabajo en “Elio”, está hablando literalmente de algo que no existe en la realidad: crear un universo donde las leyes de la física funcionan de manera completamente diferente.

“Tenemos que cambiar las propiedades del universo”, explica Arturo durante nuestra conversación en los estudios. “Regularmente hay gravedad, todo tiene peso, los objetos se mueven de ciertas formas, hay volúmenes. Pero en el espacio es diferente, así que tienes que cambiar las propiedades del universo”.

El desafío técnico es monumental. Cada cuadro de la secuencia donde Elio es transportado al Communiverse requiere que el software recalcule no solo el movimiento de los personajes, sino las leyes fundamentales que gobiernan ese movimiento. Es simulación de gravedad cero en tiempo real, aplicada a cabello, ropa, expresiones faciales y cada partícula de polvo cósmico.

“Esa escena donde él es elevado del suelo y luego transportado al Communiverse, él está flotando en el espacio y todo está en gravedad cero. Yo hago todo eso. Eso es todo mío”, dice Arturo con el orgullo justificado de alguien que ha redefinido lo que es posible técnicamente.

La animación de lo imposible: El personaje Ooooo

Quizás el mayor desafío técnico de la película llegó en la forma de un personaje que, por definición, no debería poder ser animado: Ooooo (pronunciado “oooh”), una supercomputadora en estado líquido sin forma fija, volumen definido o características físicas tradicionales.

“Es como muy líquido”, explica Jordi Onaste, animador veterano con 13 años en Pixar. “Es un personaje que no tiene volumen, no tiene ni brazos, ni piernas, entonces para animarlo era bastante difícil”.

Ooooo es uno de los personajes más carismáticos de la cinta. Arte conceptual por Ferdi Scheepers. © 2025 Disney/Pixar. Todos los derechos reservados.
Crédito: Disney

La solución requirió revivir y modernizar técnicas de animación de los años 90, adaptándolas para el poder computacional actual. “Retomamos una técnica nueva que ya se sacó en los años 90 y que se ha modificado para poderla hacer ahora con la tecnología que tenemos actualmente”, continúa Jordi.

El resultado es algo que nunca antes se había visto en animación: un personaje completamente fluido que puede cambiar de forma, pero que mantiene personalidad y expresividad reconocibles. Es la convergencia de décadas de desarrollo técnico aplicada a un problema creativo específico. Además, es uno de los personajes más carismáticos de la película.

La revolución visual: Pantalla panorámica y macrofotografía

Una de las decisiones más audaces del equipo fue cambiar el formato visual tradicional de Pixar. Madeline Sharafian, co-directora, explica la evolución: “Cuando hablé con Derek Williams y Jordan Rempel, nuestros directores de fotografía, algo que me propusieron y que los emocionaba mucho era: si estamos haciendo una película de ciencia ficción, ¿no deberíamos hacerla en pantalla panorámica?”.

La decisión no fue meramente estética. “Nos mostraron este demo reel en la sala de cine de cómo se veía el Communiverse antes y cómo se veía después en pantalla ancha. Y fue una decisión creativa obvia”, continúa Madeline. “Es mucho más difícil cambiar el formato de aspecto desde un punto de vista organizacional, pero para nosotros valió completamente la pena“.

El cambio se realizó al formato 2.39:1, uno de los más usados en el cine para dar una sensación más envolvente y parecida a cómo vemos con nuestros ojos, que es más horizontal que vertical. A este formato también se le llama “anamórfico” porque se logra usando lentes especiales que comprimen la imagen al filmar y luego la estiran al proyectar, para aprovechar mejor el espacio del fotograma. Esta decisión creativa requirió repensar todo: desde la composición de cada toma hasta la forma en que los animadores conceptualizan el espacio tridimensional en pantalla.

Inspiración en lo microscópico

Harley Jessup, el diseñador de producción veterano detrás de “Coco” y “Ratatouille” y que pone fin a una proflífica carrera con este film, nos contó cómo fue que encontró inspiración en un lugar inesperado para crear el Communiverse: la macro fotografía.

“Harley estaba realmente inspirado por la macro fotografía y tratando de crear esta apariencia del espacio que no hemos visto aún en ninguna película”, explica Shi. “También tratando de mantenerlo basado en algunas reglas, como en la macro fotografía. Las formas orgánicas y la translucidez”.

Al igual que los humanos, los del Communiverso vienen en todas las formas, tamaños y personalidades. Entre ellos se encuentran la embajadora Mira (extrema izquierda), el embajador Helix (tercero desde la izquierda), la embajadora Questa (al centro), el embajador Tegman (tercero desde la derecha) y el embajador Turais (segundo desde la derecha).
Crédito: Disney

“Estaba en una reunión aquí en los estudios cuando comencé a prestar atención a la forma en que las burbujas de mi bebida se comportaban de manera única, y eso nos sirvió como inspiración para pensar la forma en que los personajes se desplazan en el Communiverse”, nos cuenta Harley mientras vemos los videos originales de una copa en primerísimo plano a la par de una escena donde Elio es transportado por un paisaje casi hipnótico.

Basar un universo alienígena en formas microscópicas terrestres generó una paradoja visual intrigante. Lo desconocido se vuelve familiar al fundamentarse en estructuras naturales existentes, aunque a una escala imperceptible para nosotros. Esta estrategia otorga una fascinante sensación de alienación a través de la familiaridad.

La complejidad de la producción: 70 animadores, 10 meses

La escala de “Elio” requirió coordinar un ejército de talento técnico. Jordi Onate describe la magnitud: “En animación hay como unos 70 animadores, dependiendo de lo larga que sea la película. Tardamos unos 10 meses en crear el movimiento para todos los personajes“.

La matemática es asombrosa: cada animador produce aproximadamente entre 1 y 2 segundos de animación terminada por semana. Con 70 animadores trabajando durante 10 meses, estamos hablando de un proceso que requiere más de 28,000 horas-persona solo en el departamento de animación.

Arte conceptual por James Woods.
Crédito: Disney

“Como tenemos que hacer 24 dibujos para hacer un segundo, es un trabajo bastante abrumador”, explica Jordi recordando entre risas todo el proceso. “Cada animador hace unos 2 minutos más o menos en 10 meses“.

La ventaja secreta: Presto

Una de las armas secretas que hacen posible la realización de las películas de Pixar es su software de animación propio, Presto. Desarrollado internamente durante años, representa décadas de refinamiento específicamente diseñado para las necesidades únicas de la animación del estudio propiedad de Disney.

“El software que utilizamos en animación se llama Presto”, explica Jordi. “Antes de venir a Pixar yo ya trabajaba en otros estudios que tenían otros programas como Maya, pero como aquí el programa Presto es solo de Pixar, había técnicas y herramientas que yo nunca había utilizado.”

El proceso de adaptación, incluso para animadores experimentados, toma meses para alcanzar el 100% de eficiencia. Pero las capacidades únicas de Presto son lo que hace posible muchas de las innovaciones técnicas que vemos en “Elio”.

Los supervisores de animación de “Elio”, Travis Hathaway y Jude Brownbill, revisan una toma con Glordon, niebtras utilizan Presto, el software exclusivo de Pixar. (Foto: Deborah Coleman / Pixar)
Crédito: Cortesía

Iluminación como narrativa

Ernesto Nemesio, director de arte de iluminación, desarrolló un sistema complejo para distinguir visualmente entre los mundos de la película y reflejar los estados emocionales de Elio a través de la luz y el color.

“Hay dos aspectos”, explica Ernesto. “El primer aspecto era limitar nuestro uso del color en la Tierra. Mantenemos las cosas con una paleta más sutil y silenciada en términos de color y saturación. Para que en el Communiverse realmente podamos jugar con esos colores”.

La estrategia va más allá de la diferenciación visual básica: “Aparte de esa idea general, cada vez que estamos en la película con Elio, tratamos de sentir lo que él está sintiendo. Si se siente triste, tratamos de bajar los colores. Si se siente alegre, entonces tratamos de amplificar los colores”.

ELIO
Arte conceptual de Elio por Maria Yi. © 2025 Disney/Pixar. Todos los derechos reservados
Crédito: Disney

Construyendo mundos digitales

David Luoh, supervisor de sets digitales, enfrentó uno de los desafíos más complejos: crear un mundo que se sintiera cohesivo pero que albergara especies alienígenas completamente diferentes.

Stephan Steinbach y el director de arte de escenarios David Luoh
Stephan Steinbach y el director de arte de escenarios David Luoh en el set de realidad virtual, una tecnología que han empezado a implemetar en Pixar. (Foto de Deborah Coleman / Pixar)
Crédito: Cortesía

“Uno de los ambientes que fue desafiante para nosotros y que también me emocionaba trabajar era ver el Communiverse como un todo”, explica David. “Esa oportunidad de pensar en este mundo complejo y rico que encaja todo junto de una manera realmente interesante y única, que tiene lógica y geografía”.

El resultado es un universo digital que tiene reglas físicas propias, geografía consistente y una lógica visual que permite que especies completamente diferentes coexistan de manera creíble.

Desafíos únicos: animando sin rostro

Uno de los retos más peculiares que enfrentaron los animadores fue crear personajes expresivos que no tienen rostros tradicionales. Madeline Sharafian, co-directora de la cinta describe el desafío: “No todos los aliens tienen cara. Cuando Domee y yo damos la dirección de que Elio necesita mirar atrás y ver a todos los aliens mirándolo con esperanza, tienen que descifrar cómo hacer que algo sin cara se vea esperanzado”, nos cuenta entre risas.

La solución requirió redefinir fundamentalmente qué significa “actuación” en animación: “En realidad están tan avanzados en este punto que creo que ese tipo de desafío enciende su fuego creativo”.

El sonido como protagonista

Madeline, quien hace su debut como directora de largometrajes con “Elio”, revela otro aspecto técnico crucial: “Es una película orientada a la música. Subimos el volumen de la banda sonora. La mejor manera de experimentar el sonido y la imagen al mismo tiempo es en una sala de cine“.

Las directoras de "Elio", Madeline Sharafian y Domee Shi
Las directoras de “Elio”, Madeline Sharafian y Domee Shi, dan retroalimentación durante una revisión en los estudios de Pixar Animation en Emeryville, California. (Foto de Deborah Coleman / Pixar)
Crédito: Cortesía

La decisión de hacer de “Elio” una película “music-forward” requirió repensar la mezcla de audio, el diseño de sonido y la integración de música desde las primeras etapas de producción, no como una capa añadida posteriormente.

El futuro de la animación: IA y artesanía humana

En una industria donde la inteligencia artificial es un tema cada vez más presente, el enfoque de Pixar revela una filosofía clara sobre el equilibrio entre tecnología y artesanía humana.

“En Pixar siempre estamos intentando buscar la última tecnología”, explica Jordi Onate, animador y uno de nuestros guías mientras recorremos los estudios. “Ahora mismo existen todas las inteligencias artificiales y otras herramientas que pueden ser muy beneficiosas. Siempre estamos mirando todas estas herramientas: ¿cuál va a ser la que va a ayudar más a la historia que queremos contar?“.

Pero Domee Shi es clara sobre los límites: “Tomamos mucho orgullo en el hecho de que nuestras películas están hechas a mano aquí en Emeryville, California, por un increíble equipo de personas. Estas películas son muy difíciles de hacer. Es animación, lo que significa que no obtienes nada gratis en pantalla. Cada cosa que has visto, cada set, cada rio, cada pieza de tela, un folículo de cabello, fue hecho a mano por un humano“.

Mary Alice Drumm, y las directoras Madeline Sharafian y Domee Shi
La productora de “Elio”, Mary Alice Drumm, y las directoras Madeline Sharafian y Domee Shi durante una conferencia de prensa con cineastas en el teatro del edificio Steve Jobs en los estudios de Pixar Animation. (Foto de Deborah Coleman / Pixar)
Crédito: Cortesía

“Cualquier cosa que nos vaya a ayudar es el camino que vamos a tomar”, concluye Jordi sobre el enfoque tecnológico de Pixar. En “Elio”, esa filosofía ha creado no solo una película, sino un nuevo paradigma para lo que la animación puede lograr cuando la tecnología sirve completamente a la historia.

La revolución técnica de “Elio” llega a cines el 20 de junio de 2025, llevando consigo décadas de innovación condensadas en una aventura cósmica que redefinirá las expectativas sobre lo que es posible en la animación moderna.

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