El narco ahora usa fosas sépticas para desaparecer a personas en Sinaloa
Gracias al testimonio de un hombre que logró sobrevivir tras ser arrojado en una fosa séptica, se descubrió la nueva forma del narco para desaparecer personas
Equipos de extracción utilizan maquinaria para drenar las fosas y buscar cuerpos. Crédito: Sabuesos Guerreras, A.C. | Cortesía
Poco después de iniciada la guerra interna entre “Los Chapitos” y “La Mayiza”, la desaparición forzada en Sinaloa comenzó a aumentar, pero ahora alcanzó un nuevo nivel de brutalidad, ya que los cuerpos son ocultados por el crimen organizado en fosas sépticas.
En una búsqueda reciente, madres rastreadoras localizaron fragmentos óseos humanos entre aguas negras y excremento en instalaciones de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán (JAPAC), en la sindicatura de Tacuichamona.
La búsqueda se originó gracias al testimonio de un hombre que logró sobrevivir tras ser arrojado, herido y desnudo, en uno de estos pozos. Su relato guió al colectivo Sabuesos Guerreras a excavar entre residuos humanos. Al abrir la primera losa de concreto flotaron tres cuerpos. Uno aún mostraba el rostro congelado por el miedo.
“Esto no es otra cosa más que deshumanización absoluta”, dice María Isabel Cruz, líder del colectivo. La Fiscalía había declarado la zona como negativa. Pero desde el primer día de excavación, no han dejado de aparecer huesos humanos.
En el fondo del pozo varias mujeres hallaron un omóplato y una costilla. También encuentran desde falanges hasta osamentas completas nadando en excremento.
El lugar, al sureste de Culiacán, es parte de un complejo con 13 fosas sépticas, cada una con capacidad de 3,300 litros. Equipos de extracción utilizan maquinaria para drenar las fosas. Luego, mujeres y hombres con trajes de protección exploran el lodo en busca de osamentas ennegrecidas.
Testimonio del sobreviviente
El sobreviviente relató que él y cuatro compañeros de obra que se dirigían a Mazatlán fueron secuestrados en octubre, tras detenerse en una tienda de conveniencia.
Los llevaron a este sitio, los desnudaron, quemaron su ropa y les dispararon. Mientras los cuerpos eran arrojados a la fosa, él, herido, flotó entre excremento casi 24 horas hasta poder escapar.
¿El motivo? Estar en el lugar equivocado a la hora equivocada, según señala el semanario Proceso.
A pesar del impacto de esta historia, la respuesta de las autoridades ha sido escasa. Según datos de la Fiscalía, solo el 35% de las más de 1,400 carpetas de desaparición forzada en Sinaloa han tenido algún tipo de resolución. De ese porcentaje, 10% de los hallazgos fueron sin vida.
Otros colectivos, como “Madres en Lucha por tu Regreso a Casa”, han encontrado cementerios clandestinos en zonas como Tepuche y Palos Blancos. Sin embargo, los casos no cesan.
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