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La niebla mental por COVID prolongado se relaciona con marcadores de estrés

Un estudio revela que el COVID prolongado altera la respuesta al estrés y aumenta la inflamación cerebral, afectando memoria, lenguaje y calidad de vida

Covid prolongado: qué médico debe examinarte para ayudarte a mejorar los síntomas

La fatiga crónica, niebla mental, dificultad para respirar, confusión mental y frecuencia cardíaca acelerada y otros son algunas de las señales. Crédito: Meeko Media | Shutterstock

Una nueva investigación ha arrojado luz sobre uno de los misterios persistentes del COVID-19, y la razón de que algunas personas, incluso años después de superar la infección, continúan presentando problemas cognitivos y emocionales.

El estudio, publicado recientemente en PLOS One, revela diferencias clave en la respuesta cerebral al estrés y en niveles de inflamación entre quienes padecen COVID prolongado y quienes se recuperaron por completo, aportando evidencia tangible sobre los efectos neurológicos de esta condición.

En la investigación participaron 17 personas que habían dado positivo para COVID-19. De ellas, 10 presentaban síntomas persistentes conocidos como COVID prolongado mientras que las otras siete se habían recuperado sin secuelas cognitivas ni emocionales.

Aunque el tamaño de la muestra fue reducido, los hallazgos son significativos y respaldan lo que muchos pacientes han reportado desde el inicio de la pandemia, una sensación persistente de confusión mental, dificultad para concentrarse, fatiga extrema y una calidad de vida disminuida.

Uno de los hallazgos más relevantes fue la diferencia en los niveles del factor de crecimiento nervioso, una sustancia clave que refleja la capacidad del cerebro para adaptarse y formar nuevas conexiones neuronales.

Impacto emocional a largo plazo

Aquellos con COVID prolongado presentaron niveles significativamente más bajos, lo que sugiere una menor capacidad del cerebro para responder a estímulos y recuperarse del estrés. A esto se suma un incremento en la interleucina IL-10, un marcador inflamatorio, lo que apunta a una inflamación cerebral más pronunciada en este grupo.

Curiosamente, las pruebas neuropsicológicas tradicionales no mostraron grandes diferencias entre ambos grupos. Sin embargo, una tarea específica, la fluidez con letras —que evalúa la rapidez y precisión al acceder a centros de lenguaje en el cerebro— reveló que las personas con COVID prolongado tenían mayores dificultades para generar palabras bajo presión, un indicio claro de deterioro cognitivo leve.

Más allá de los resultados clínicos, el estudio también exploró el impacto emocional y funcional de la enfermedad a largo plazo.

Quienes aún padecen síntomas informaron una peor calidad de vida, problemas de salud física, baja percepción de bienestar psicológico y mayores dificultades en su funcionamiento emocional diario. Este conjunto de síntomas ha sido comúnmente minimizado por el entorno de los pacientes e incluso por parte de profesionales de la salud, lo que agrava su situación.

“El desafío principal que enfrentamos es que muchos de estos pacientes parecen normales en papel, pero siguen reportando grandes dificultades en su vida diaria”, explicó Michael Lawrence, Ph.D., neuropsicólogo de Corewell Health y autor principal del estudio.

Esta desconexión entre las pruebas convencionales y la experiencia real de los pacientes ha contribuido al escepticismo sobre la existencia del COVID prolongado como una afección neurológica real y diferenciada.

Los autores también proponen incorporar servicios como terapia del lenguaje, apoyo psicológico y tratamientos farmacológicos específicos para la fatiga y la confusión mental. Aunque se trata de un estudio piloto, abre el camino para investigaciones más amplias que puedan influir directamente en protocolos clínicos y políticas de salud pública.

Este estudio no solo valida los síntomas de quienes viven con COVID prolongado, sino que plantea la necesidad de un cambio de enfoque en su tratamiento, reconociendo que sus secuelas pueden ser invisibles a simple vista, pero profundamente debilitantes.

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