Tesla se desploma en Reino Unido con solo 512 autos vendidos
Las ventas de Tesla en Europa continúan cayendo de forma alarmante, con cifras especialmente bajas allí. El desplome es de hasta un 62% respecto al año anterior
Presentación de Tesla. Crédito: Tesla. Crédito: Cortesía
Lo que hace unos años parecía una relación sólida entre Tesla y el consumidor europeo, especialmente el británico, ahora muestra signos preocupantes de desgaste.
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En abril de 2025, Tesla solo matriculó 512 vehículos nuevos en Reino Unido, según datos oficiales de la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Automóviles (SMMT).
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Este número, más allá de su contundente sencillez, representa una caída del 62% respecto al mismo mes del año anterior, y enciende todas las alarmas sobre la actual posición de la marca en el competitivo mercado de autos eléctricos del continente.
Lejos de tratarse de un fenómeno aislado, este desplome se repite en otros mercados clave de Europa. En países como Dinamarca, Países Bajos y Suecia, las entregas de Tesla también se redujeron en más de dos tercios durante abril.
El fenómeno llama aún más la atención considerando que, en paralelo, la marca ha comenzado la distribución del rediseñado Model Y, uno de sus productos estrella.
La situación se torna aún más delicada si se observa el panorama general: Tesla registró caídas en ocho de los diez principales mercados de vehículos eléctricos en Europa, justo en un momento donde otros fabricantes —chinos incluidos— aumentan su presión con precios competitivos, innovación tecnológica y una mayor adaptación a los gustos locales.
Producción interrumpida, liderazgo cuestionado
Una parte del problema está en la disrupción de la producción. A principios de 2025, Tesla reorganizó varias de sus líneas de montaje a nivel global, incluidas las instalaciones de Berlín.
Este proceso, aunque necesario para implementar mejoras en diseño y eficiencia, le costó a la empresa varias semanas de fabricación y distribución, afectando directamente las cifras de ventas del primer y segundo trimestre.
Sin embargo, los obstáculos para Tesla no son únicamente logísticos o industriales. También hay un componente político y de percepción pública.
Elon Musk, CEO de la compañía, ha asumido posturas cada vez más cercanas al presidente estadounidense Donald Trump, especialmente en asuntos de política internacional y comercio.
Aunque este vínculo puede fortalecer el posicionamiento de Tesla en ciertos círculos dentro de EE.UU., fuera de ese país, especialmente en Europa, genera un creciente escepticismo.
El peso de la figura de Elon Musk
Las polémicas declaraciones de Musk y su influencia en el discurso público, así como su creciente intervención en temas geopolíticos, no han pasado desapercibidas para los consumidores europeos.
En varios medios del continente, se ha planteado la idea de que la imagen de Tesla ya no se asocia únicamente con innovación y sostenibilidad, sino también con una figura empresarial cada vez más polarizante.
Como apuntó un analista de mercado citado por Bloomberg, “la marca Tesla está cada vez más ligada a la personalidad de Musk, y eso puede ser un problema cuando su imagen no es bien recibida en ciertos mercados”.
Este fenómeno podría estar alejando a compradores potenciales, especialmente en países con mayor conciencia política y medioambiental, donde se valora no solo el producto, sino también lo que representa la marca detrás de él.
El caso español: caída persistente pese al liderazgo del Model 3
En España, Tesla tampoco escapa a la tendencia descendente. En abril, las ventas cayeron un 36.1% respecto al mismo mes de 2024, y en el acumulado de lo que va de 2025, el descenso alcanza un 16.6%, con apenas 3,740 entregas.
Paradójicamente, el Model 3 se mantiene como el eléctrico más vendido en el país, con 2,380 unidades, lo que representa un 9.7% menos que en los primeros cuatro meses del año anterior.
Este dato refleja la dualidad del momento que vive Tesla en el mercado: sus vehículos aún cuentan con reconocimiento y preferencia entre ciertos compradores, pero la marca en conjunto está perdiendo el empuje que la caracterizó durante años.
¿Es el fin del dominio de Tesla en Europa?
La cuestión de fondo es si Tesla podrá revertir este declive en Europa, o si estamos ante el inicio de una etapa de repliegue frente a competidores más ágiles, económicos o simplemente mejor sintonizados con el consumidor europeo.
El mercado del vehículo eléctrico en Europa ha madurado a una velocidad sorprendente, y con ello también lo ha hecho el perfil del comprador. Hoy ya no basta con ofrecer un auto con gran aceleración o una marca reconocida; se exige eficiencia, precios accesibles, buen servicio postventa y, cada vez más, alineación con valores éticos y sostenibles.
Tesla, en este sentido, enfrenta un entorno más complejo que nunca. Su estructura de precios —que ha fluctuado constantemente en los últimos años— no siempre logra competir con la agresiva estrategia comercial de fabricantes chinos como BYD, MG o XPeng.
De paso, la falta de versiones más compactas o accesibles para las ciudades europeas es una limitación estratégica que la marca aún no ha resuelto del todo.
Intentos de renovación: ¿Son suficientes?
El rediseño del Model Y era una de las grandes cartas de Tesla para este 2025. A pesar de sus mejoras tecnológicas y estéticas, su impacto inicial en el mercado ha sido moderado.
Según analistas de Jato Dynamics, “las expectativas eran altas, pero la realidad es que muchos consumidores europeos buscan alternativas más económicas o diferentes en diseño”.
Además, el calendario de lanzamientos de Tesla para este año luce menos ambicioso que en ciclos anteriores. Mientras marcas rivales presentan modelos totalmente nuevos cada trimestre, Tesla sigue apostando por optimizaciones sobre su línea actual, lo que podría no ser suficiente para mantener la cuota de mercado.
Una acción de Tesla que no levanta cabeza
En el ámbito financiero, las noticias tampoco son alentadoras. Las acciones de Tesla cayeron un 1.9% antes de la apertura de la bolsa tras conocerse los datos de ventas de abril, y acumulan un desplome del 42% desde su máximo histórico alcanzado en diciembre de 2024.
Este comportamiento bursátil refleja la preocupación de los inversionistas por el rumbo de la compañía, tanto a nivel comercial como estratégico.
La falta de una narrativa clara sobre el futuro inmediato de Tesla en Europa contribuye a este sentimiento de incertidumbre.
Aunque el presente es complejo, Tesla aún tiene cartas por jugar. Se espera que en los próximos meses anuncie una versión más accesible de su gama —posiblemente por debajo de los $30,000 dólares— para competir directamente con los urbanos eléctricos europeos.
Este movimiento podría revitalizar el interés por la marca, especialmente en países como Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.
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