Polémica en China: Xiaomi restaura potencia del SU7
Tras una polémica actualización que limitaba la potencia del SU7 Ultra, Xiaomi rectificó y devolvió los 1.548 caballos a sus clientes tras recibir críticas
Xiaomi SU7 Ultra. Crédito: Xiaomi. Crédito: Cortesía
Cuando Xiaomi irrumpió en el sector automotriz con su primer coche eléctrico, pocos imaginaban que una empresa conocida por sus smartphones sería capaz de alterar el equilibrio en la industria del motor.
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Sin embargo, el lanzamiento del SU7, y especialmente de su variante más poderosa, el SU7 Ultra, no solo ha captado la atención de los entusiastas del rendimiento, sino que también ha provocado una intensa discusión sobre seguridad, responsabilidad y control del .
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Con una aceleración que rivaliza con los hiperdeportivos más caros del planeta y un precio considerablemente más accesible, el SU7 Ultra se ha convertido en un fenómeno en el mercado chino.
Dotado de 1.548 caballos de fuerza, cortesía de un sistema de tres motores eléctricos, su desempeño ha fascinado y, al mismo tiempo, preocupado a muchos.
El vehículo, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 1,98 segundos y alcanzar los 350 km/h, se ofrece por una fracción del costo de sus rivales más cercanos, lo que ha democratizado un nivel de rendimiento antes reservado a unos pocos.
Este sin precedentes a tanta potencia ha generado situaciones no siempre ideales. Informes de uso inapropiado o peligroso del vehículo en vías públicas hicieron que Xiaomi tomara cartas en el asunto.
En un intento por prevenir accidentes y reforzar la conducción responsable, la marca lanzó una actualización que limitaba el al rendimiento completo del SU7 Ultra.
Pero lo que se diseñó como una medida de seguridad rápidamente se convirtió en una bola de nieve mediática.
s enfadados, debates en redes sociales y cobertura en medios especializados presionaron a Xiaomi a dar marcha atrás.
Finalmente, la compañía retiró las restricciones impuestas, restaurando el completo a los 1.548 caballos que habían sido recortados temporalmente a unos más “manejables” 900 caballos.

Tecnología vs. control: la decisión de limitar la potencia
El razonamiento detrás de la controvertida actualización se centraba en dos aspectos principales. Primero, Xiaomi quería asegurarse de que solo los conductores con habilidades adecuadas pudieran desbloquear todo el potencial del vehículo.
Para ello, se introdujo un sistema de validación basado en circuitos. Solo aquellos que superaran una prueba llamada “evaluación del tiempo de vuelta en modo clasificación” en un trazado homologado podrían activar la potencia máxima del coche.
La medida, según explicó la compañía, respondía a una necesidad de proteger tanto a los conductores como al entorno: “Tanto rendimiento exige condiciones adecuadas de pista y una conducción capacitada”.
Adicionalmente, el sistema de Launch Control fue modificado. Esta función, clave para alcanzar la aceleración récord del SU7 Ultra, fue reprogramada para incluir un retraso de 60 segundos en su activación.
¿El motivo? Evitar que el sistema se usara en situaciones inapropiadas, como una salida de semáforo, reduciendo así riesgos potenciales en el tráfico urbano.
La respuesta de los s: presión colectiva y una actualización revertida
Pese a las explicaciones ofrecidas, la comunidad de s del SU7 Ultra no tardó en reaccionar. Para muchos compradores, la decisión de Xiaomi significaba una alteración unilateral del producto adquirido. Las redes sociales se llenaron de mensajes criticando a la compañía por limitar características clave del vehículo sin consultar a los propietarios.
Frente a esta avalancha de quejas, Xiaomi actuó con rapidez. Una nueva actualización fue desplegada, esta vez eliminando los límites impuestos. Así, los s volvieron a tener total a los más de 1.500 caballos de potencia que habían motivado la compra inicial del vehículo.

Una bestia eléctrica que no pierde tracción en el mercado
A pesar del revuelo, el SU7 Ultra sigue siendo un éxito rotundo. Su hoja técnica impresiona a cualquiera: 1.548 caballos de fuerza, aceleración de 0 a 100 km/h en menos de 2 segundos y velocidad máxima de 350 km/h.
Además, Xiaomi ha sabido combinar todo este poder con un precio de entrada competitivo en relación a su desempeño, lo que lo ha convertido en una alternativa muy tentadora frente a modelos de marcas tradicionales como Porsche, Tesla o Lucid.
El coche, que se posiciona como uno de los eléctricos más veloces del mundo, ha marcado también un hito importante en Nürburgring, el circuito alemán considerado la meca del automovilismo de alto rendimiento.
En este trazado, el SU7 Ultra ha logrado convertirse en el coche eléctrico más rápido en completar una vuelta, una hazaña que no ha hecho más que reforzar su reputación como un verdadero superdeportivo eléctrico.
El debate de fondo: ¿Hasta qué punto debe intervenir el fabricante?
La polémica en torno al Xiaomi SU7 Ultra ha abierto un interesante debate dentro del sector. ¿Debe una marca limitar las prestaciones de un vehículo si considera que su uso podría ser inseguro? ¿O debe, por el contrario, confiar en que sus clientes utilizarán el producto con responsabilidad?
En palabras de algunos analistas del sector, la respuesta no es sencilla. Los fabricantes de coches eléctricos de alto rendimiento están entrando en un terreno en el que la tecnología permite niveles de potencia sin precedentes, pero la infraestructura vial y las capacidades del promedio no siempre acompañan este progreso.
En ese sentido, las decisiones como las de Xiaomi pueden entenderse como un intento por adelantarse a problemas futuros. Pero el riesgo de afectar la experiencia del cliente es evidente.
La rápida rectificación de la marca demuestra que, en última instancia, la percepción del consumidor sigue siendo un factor determinante.
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