Hunza: el pueblo de la eterna juventud
Las personas viven más de 100 años y lucen como adolescentes aunque tengan más de 40 años; prácticamente no enferman y sus mujeres dan a luz incluso después de los 60. No, no es el argumento de una nueva película sobre el Shangri-lá; se trata de los habitantes de Hunza, un valle situado en los Gilgit-Baltistán de Pakistán.
Viajeros, aventureros e investigadores se han adentrado en esta pequeña comunidad que tiene añejos hábitos de vida que la ciencia actual pretende grabar en nuestro subconsciente sin mucho éxito: los habitantes de Hunza se bañan con agua helada, aún cuando la temperatura del valle puede llegar a los 5 grados; no consumen alimentos procesados, todo lo que siembran es para su autoconsumo; beben agua natural y pura que proviene de glaciares y, además, son vegetarianos.
De hecho, un médico escocés, el doctor Robert McCarrison, documentó la dieta de los Hunza: 50 gramos de proteínas, 36 gramos de grasa y 365 gramos de carbohidratos… si bien los omnívoros dirán que la dieta vegetariana no es la verdadera razón de la juventud y la salud de los Hunza.
Ese valle rodeado de espectaculares montañas está ubicado a casi a 8,000 pies de altura y carece de hospitales. ¿Y cómo será un hunza?, te preguntarás. Si te imaginabas un ser de otro mundo, olvídalo: su apariencia es más cercana a la de un europeo caucásico promedio que a la de un alien, y su religión es ismaelita, una variación del Islam.
Otro aspecto que contribuye a la envidiable salud de los Hunza es su aislamiento: viven tranquilos, sin estrés y trabajan dentro y para la comunidad. Quizá todos estos ingredientes conformen la mágica receta para la juventud y el bienestar que la sociedad moderna persigue con ahínco.